La consultoría de género es una profesión de nuestro tiempo. Con la intención de seguir contribuyendo a definirla, desde APCGénero organizamos en el mes de junio el I Encuentro Internacional de Consultoría de Género. En este post comparto las ideas semillas que yo recogí del foro.
En la década de los 80′, y a partir de los logros que iba alcanzando el feminismo institucional, la consultoría de género surge como un nuevo campo profesional vinculado a la puesta en práctica del feminismo. La política de igualdad formada como tal en esa década es, por tanto, el fundamento originario de este sector. La consultoría de género es una profesión emergente indesligable del feminismo.
Que esta profesión sea relativamente nueva, que su marco conceptual sea feminista y que el sector siga creciendo y afianzándose, nos plantea enormes retos. Además, nos brinda amplias oportunidades para decidir cómo queremos que sea nuestro sector, dentro de nuestras fronteras y fuera de ellas. En APCGénero somos plenamente conscientes de ello. Por eso el I Encuentro Internacional de Consultoría de Género tuvo tanto sentido para nosotras y para nuestro futuro inmediato.
Con este post quiero recuperar algunas ideas semilla que me suscitó el encuentro.
A pesar de las distancias geográficas, sociales y normativas entre los diferentes países, hemos encontrado algunos puntos en común ente todos ellos. De ahí surgen dos similitudes principales que me gustaría destacar:
Ejercemos consultoría de género desde un marco teórico concreto: el de las teorías del género. Y ejercemos consultoría de género para un fin concreto: la transformación social desde el feminismo. Por ello, las consultoras de género estamos posicionadas en un lugar político concreto.
No obstante, este lugar no es unívoco. Mientras ejercemos, aportamos los matices de nuestros discursos y perspectivas sobre el feminismo, el sistema de género y la desigualdad estructural. También sobre el alcance de la diversidad entre las personas, la vulnerabilidad de los sujetos no hegemónicos dentro del sistema de género y las actuaciones de inclusión. Como profesionales, cada una de nosotras imprimimos nuestra propia mirada -siempre situada- sobre los servicios y productos que elaboramos como consultoras. Porque, aunque hay un eje común a todo el feminismo, lo cierto es que los puntos focales de cada perspectiva nos permiten hablar de ‘feminismos’. Y esto también se hace evidente en nuestro sector.
Nuestra profesión no se recoge en estándares institucionales a nivel estatal, aunque sí encontramos algunas certificaciones a nivel autonómico e internacional. Ejercer en consultoría de género es algo tan nuevo que no está recogida en el Código Nacional de Ocupaciones de España, pero sí lo están ocupaciones como la de Agentes de Igualdad de Oportunidades o las Promotoras de Igualdad.
Por ello, reclamamos en España un sistema público de homologación de profesionales y consultorías de género que garantice la homogeneidad en el sector y evite el intrusismo. Pero, sobre todo, que asegure que la política de igualdad funcione como un instrumento de transformación social real.
Innovar de este modo en el reconocimiento profesional en el Estado español, recogiendo lecciones de iniciativas ya existentes, podría servir de inspiración y antecedente a lo que esté por suceder en otros países.
Las consultoras de género, tenemos la oportunidad de plantear formas no patriarcales de organizar nuestro trabajo, relacionarnos con las otras y conciliar la vida. Si la consultoría de género es feminista, y si el feminismo también es una manera de entender el empleo y la organización laboral, entonces nuestro ejercicio profesional se convierte en un terreno para el cambio. Mientras ejercemos, por tanto, demostramos nuestra forma de entender la colaboración y la competencia, la jerarquía y la autonomía laboral. Sin duda, también el fin de la actividad productiva, el sentido y alcance de los apoyos y alianzas que generamos entre nosotras.
En 2018, APCGénero hizo una primera aproximación al conocimiento de nuestro sector en España. Lanzamos el llamado Mapeo del sector de la consultoría de género en España. Este estudio tuvo un cierto alcance. Nos sirvió para darnos a conocer. Y también nos mostró una idea general de las áreas de ejercicio y distribución territorial de profesionales del ámbito de la igualdad entre mujeres y hombres. Pero su diseño metodológico fue manifiestamente mejorable, y para nada ahondábamos en las cuestiones que planteo en este apartado.
Creo que sería muy útil e interesante seguir profundizando en el conocimiento de nuestro sector; y ya no solo en España sino a nivel internacional.
Necesitaríamos conocer de cerca la tipología de agentes profesionales que coexistimos, como cooperativas, empresas o freelancers. Identificar nuestras fórmulas de financiamiento y los marcos feministas mayoritarios desde los que ejercemos. Tendríamos que tener un mapa de nuestras áreas prioritarias de actuación y de cómo se engarzan con los diferentes contextos sociopolíticos. Sería estupendo poder poner luz sobre el reconocimiento que se le confiere a la consultoría de género en cada sociedad y en cada mercado. E indagar en el poder de influencia institucional que tenemos como consultoras de género en cada país o región.
Las acciones conjuntas solo pueden darse a partir de las alianzas estables o de los pactos puntuales, pero sólidos, que seamos capaces de establecer entre las consultoras de género. Estas alianzas y pactos deben producirse internamente en cada país y externamente entre asociaciones o consultoras de género de diferentes países.
En el I Encuentro Internacional algunas invitadas subrayaron que en sus países no se están produciendo este tipo de alianzas. El sector es aún pequeño y no tienen facilidad para autorreconocerse como consultoras de género ni, por tanto, identificarse unas a otras. Además de ello, la hostilidad hacia el feminismo que define algunos contextos político-sociales o la escasez de recursos dificulta sus pactos e incrementa la suspicacia y la rivalidad entre profesionales. Esta es una de las razones por las cuales en APCGénero nos hemos comprometido a acompañar a nuestras colegas de otros países durante sus procesos de creación de asociaciones hermanas. De hecho, ya estamos trabajando en el proyecto piloto de Perú y próximamente comenzaremos a trabajar con compañeras argentinas.
Tenemos el enorme desafío de definir cómo queremos forjar nuestras alianzas, entre quiénes y por qué. Qué perseguimos con ellas, en qué nos benefician, qué normas de funcionamiento patriarcal vamos a poner en jaque y qué fórmulas innovadoras vamos a aportar.
Como actual Presidenta de APCGénero es muy importante para mí apostar por un legado colaborativo. No siempre es fácil, pero en APCGénero muchas estamos ya trabajando por una forma de asociación que genere vínculos especializados estables y de confianza. Exportarlo a otros territorios nos requiere ampliar el círculo, y seguir forjando redes y construyendo el sector entre todas, a los dos niveles estatal e internacional.
Gracias a todas las ponentes por vuestro tiempo y generosidad. Gracias a todas las participantes por vuestra presencia y apoyo. Cada día avanzamos con ilusión y compromiso hacia un espacio profesional en el que compartir experiencia, reflexiones teóricas y conocimientos prácticos. En el que la otra es una compañera.
Nos queda un largo y desafiante camino que recorrer.
Texto: Ana Fernández de Vega.